Una investigación de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) ha determinado, por primera vez, la factibilidad de producir aceite de oliva en el área metropolitana de Buenos Aires con parámetros de calidad comparables con los de Cuyo y el noroeste argentino (NOA), incluso con los de la Cuenca Mediterránea.
Los resultados de este trabajo aportarían información útil para la exportación de productos elaborados en zonas no tradicionales, como el sur bonaerense, según recoge SLT-FAUBA.
“Fuera de la región de la Cuenca Mediterránea, somos el país que produce más olivos en el mundo”, ha señalado Liliana Windauer, docente de la cátedra de Fruticultura de la FAUBA, quien ha destacado que existen importantes diferencias en la producción y en el consumo entre ambas regiones.
Según Windauer, “en Argentina producimos en ambientes muy diferentes, en cuanto a sus climas y sus suelos, que pueden modificar el comportamiento de las variedades de aceituna para mesa y aceite. Por eso la importancia de generar más conocimiento”.
Además, los resultados de este estudio también servirán para conocer la calidad de los aceites que se producen en esta zona, ya que en Cuyo y en el NOA “contamos con mucha información sobre porcentaje y calidad de aceite, en relación a la composición de ácidos grasos, si bien en Buenos Aires tenemos muy poca información”.
Windauer ha realizado esta investigación con las docentes de la FAUBA Deborah Rondanini y Georgina García Inza, de las cátedras de Cerealicultura y de Fruticultura, respectivamente, junto a Leila Hamze, que realiza la tesis de la carrera de Agronomía.
Investigación
En concreto, la investigación –cuyos resultados se han publicado en la revista Agronomía & Ambiente– se realizó durante el ciclo productivo 2014/15 sobre un monte de olivos, con 70 años de antigüedad, ubicado en terrenos de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA y sembrado con las variedades frantoio, leccino, arbequina y ascolano.
Para avanzar en los estudios, primero realizaron una poda de rejuvenecimiento para que los árboles tuvieran más vigor, porque estaban muy envejecidos. Posteriormente, se concentraron en caracterizar el fin de la floración, el cuaje, la dinámica de crecimiento de frutos y la acumulación y calidad de aceite.
“Llegamos a la conclusión de que el aceite que se puede obtener en Buenos Aires es de muy buena calidad, comparable con las de otras regiones del país y con la que se logra entre los productores más importantes del mundo, como Italia, España, Grecia y Túnez”, ha destacado Windauer.
Uno de los aspectos destacados del estudio fue determinar las temperaturas a las que crece el fruto, debido a que en algunas zonas este factor puede limitar el porcentaje de ácido graso oleico y la cantidad de aceite final.
Según se ha constatado en este estudio, el contenido final de aceite en el fruto fue mayor en la variedad frantoio, asociado a una mayor tasa de acumulación de aceite. Además, la proporción de ácidos grasos varió entre grupos. En este sentido, la variedad arbequina presentó el mayor contenido de ácido oleico y el menor de linoleico, pero los cuatro grupos lograron valores dentro de los límites internacionales para aceite de oliva virgen extra.
Proyectos futuros
De cara al futuro, las investigadoras de la FAUBA realizarán una identificación varietal, a través de marcadores moleculares, de los árboles que existentes en el monte que han analizado, porque “algunos árboles que figuran en el plano original ya murieron y fueron reemplazados por otros. Por ejemplo, encontramos que los árboles indicados como ascolano no poseían las características morfológicas correspondientes a esa variedad. Vamos a tipificar cada uno de los árboles”, ha detallado Windauer.
También prevén analizar otros factores del ambiente como la disponibilidad de agua y de nutrientes que pueden afectar a la calidad y la cantidad del aceite y buscarán evaluar cómo incide la radiación en la acumulación aceites y en el peso seco del fruto.
Fuente: MERCACEI