Los resultados, publicados en la revista PLOS Medicine y financiados por Barts Charity, muestran que la Dieta Mediterránea (con un consumo diario de 30 gr. de nueces mixtas y aceite de oliva virgen extra) redujo el riesgo de desarrollar diabetes en el embarazo en un 35% y, de media, 1,25 kg. menos de aumento de peso, en comparación con los que recibieron atención prenatal de rutina.
El estudio sugiere que la Dieta Mediterránea podría ser eficaz para las mujeres que comienzan el embarazo con obesidad preexistente, hipertensión crónica o niveles elevados de lípidos, según ha informado la Universidad Queen Mary de Londres.
La profesora de este centro docente Shakila Thangaratinam ha destacado que “se trata del primer estudio que demuestra que las mujeres embarazadas con alto riesgo de complicaciones pueden beneficiarse de una dieta de estilo mediterráneo para reducir el aumento de peso y el riesgo de diabetes gestacional”.
“La implementación de esta dieta parece ser efectiva y aceptable para las mujeres. Las pautas dietéticas nacionales actuales no incluyen los componentes clave de este patrón alimentario en sus recomendaciones. Se debe animar a las mujeres que corren el riesgo de padecer diabetes gestacional a que adopten medidas al comienzo del embarazo, aumentando el consumo de nueces, aceite de oliva, frutas y granos sin refinar, al mismo tiempo que reducen su consumo de grasas animales y azúcar», ha aseverado.
La Dieta Mediterránea, rica en ácidos grasos insaturados, reduce la incidencia de enfermedades cardiovasculares en la población y en el embarazo tiene el potencial de mejorar los resultados maternos y de los hijos, pero hasta ahora no se ha evaluado ampliamente, según ha señalado el centro docente británico.
Ensayo clínico
Un total de 1.252 mujeres llevaron a cabo el estudio ESTEEM en cinco unidades de maternidad de Reino Unido.
Las mujeres embarazadas del interior de una ciudad multiétnica con factores de riesgo metabólicos, incluida la obesidad y la hipertensión crónica, fueron asignadas al azar para recibir atención prenatal de rutina o una dieta de estilo mediterráneo además de su atención prenatal. La dieta incluía un alto consumo de nueces mixtas, aceite de oliva virgen extra, frutas, verduras, granos no refinados y legumbres; consumo moderado o alto de pescado, ingesta leve o moderada de productos avícolas y lácteos; y baja ingesta de carnes rojas y procesadas; evitando las bebidas azucaradas, las comidas rápidas y los alimentos ricos en grasa animal.
A pesar de las mejoras en la diabetes gestacional y el aumento de peso durante el embarazo, no se constataron mejorías en otras complicaciones importantes del embarazo, tales como presión arterial alta, preeclampsia, muerte fetal, feto pequeño para la edad gestacional o ingreso en una unidad de atención neonatal.
Por su parte, las participantes en el grupo de Dieta Mediterránea informaron de una mejor calidad de vida en general respecto a las del grupo control y redujeron la hinchazón en el embarazo, sin constatar ningún efecto en la aparición de otros síntomas como náuseas, vómitos o indigestión.
Cuando se combinaron los datos de este estudio con las conclusiones publicadas de otro estudio español en el que participaron 874 mujeres embarazadas que seguían una Dieta Mediterránea, el equipo observó una reducción similar en la diabetes gestacional (-33%), pero ningún efecto sobre otros resultados.
Beneficios de la Dieta Mediterránea
El doctor Bassel Wattar, de la Universidad de Warwick y la Universidad Queen Mary de Londres, ha resaltado que «aunque se ha demostrado que una dieta de estilo mediterráneo reduce el riesgo de diabetes tipo 2 y las complicaciones cardiovasculares en la población general, hasta ahora no sabíamos el efecto de este patrón alimentario en mujeres embarazadas de alto riesgo y si podría ser adaptada culturalmente para una población étnicamente diversa”.
Asimismo, la directora ejecutiva de Barts Charity, Fiona Miller Smith, ha remarcado que “con los crecientes problemas de diabetes y obesidad en mujeres embarazadas, nos sentimos muy orgullosos de apoyar este estudio. Estamos felices de que nuestra financiación se esté utilizando para mejorar la salud de las madres del Este de Londres y, a su vez, para ayudar a las generaciones futuras».
Aumento de la ingesta de AOVE
Para promover su consumo durante el embarazo, las participantes del estudio con Dieta Mediterránea recibieron nueces mixtas complementarias (30 gr./día de nueces, avellanas y almendras) y aceite de oliva virgen extra (0,5 l./semana) como principal fuente de grasa para cocinar, así como asesoramiento dietético individualizado a las 18, 20 y 28 semanas de gestación.
Además, se les proporcionaron consejos de cocina a través de un libro de recetas a medida, que incorporaba elementos de la Dieta Mediterránea a la cocina local.
La universidad británica ha querido precisar que el estudio tiene ciertas limitaciones, incluida la confianza depositada en los comentarios de los participantes para medir el cumplimiento de la intervención, ya que no se empleó el uso de biomarcadores objetivos para medir la ingesta nutricional. Asimismo, el equipo solo obtuvo información sobre la ingesta dietética en aproximadamente el 40% de las participantes en ambos grupos, lo que también ha limitado la interpretación de los datos de ingesta dietética.
Fuente: REVISTA MERCACEI