Torrontés Riojano

En el N.O. de la Argentina el Torrontés riojano suele conocerse como Malvasía, nombre que también recibe otro cepaje similar: Moscatel amarillo. En Mendoza se lo denomina erróneamente Moscato d’Asti, que es el cepaje italiano Moscato bianco, muy distinto del Torrontés. En San Juan se llama Moscatel blanco una población compuesta por el Torrontés sanjuanino, el Torrontés riojano y el Moscatel de Alejandría.

El aspecto vegetativo se caracteriza por tener el brote algodonoso, blanquecino; hojuelas de color verde amarillento; tallo de color verde; hoja adulta grande, contorsionada, poco pentalobada, seno peciolar en «V»; el indumento de la cara inferior es abundante, lanoso y pubescente: le confiere apariencia blanquecina. En cuanto al aspecto productivo, posee un racimo cónico alargado, algo ramoso, suelto a lleno, de bayas esféricas amarillo dorado, herrumbrado al sol, con ausencia de pruina, que le da un aspecto aceitoso; la pulpa es de consistencia blanda y sabor a moscatel bien marcado.

Comparativamente con los otros Torrontés tiene un aspecto vegetativo muy similar al Torrontés sanjuanino, que se sostiene con los resultados puestos a la vista en el trabajo de caracterización de microsatélites de DNA. Las escasas diferencias en este aspecto se pueden marcar como que el riojano tiene una hoja más gruesa, corta, cuneiforme a orbicular, color más claro, a veces con la particularidad de tener un apéndice foliar en el seno peciolar, mientras que el sanjuanino es más cuneiforme, menos consistente, color más oscuro, con mayor cantidad de dientes, pero más pequeños. Con relación al aspecto productivo el sanjuanino presenta un racimo menos grande, con menos bayas, pero de mayor tamaño, de forma elíptica y de color amarillo verdoso; la pulpa es más consistente y el sabor es apenas amoscatelado. En tanto el mendocino, que es netamente diferente, tanto en el aspecto vegetativo como productivo, presenta como caracteres diferenciales un follaje infundibuliforme, tallo herbáceo en forma telescópica, hoja totalmente glabra, con destacados dientes rectos, de color verde brillante y con pecíolos y nudos coloreados de rojo violáceo. El racimo es menos grande, con bayas más pequeñas, esféricas, con sabor aromático, pero no amoscatelado. Es muy propensa al corrimiento, ya que su biología floral es funcionalmente femenina.

Se considera una variedad de productiva a muy productiva. Son cepas vigorosas. Es susceptible a la podredumbre de los racimos y a la peronóspora; en cambio, es más tolerante al oídio. Con relación a la enfermedad de la madera «hoja en malvón», producida por un conjunto de hongos, se muestra relativamente tolerante. Es común que muchas plantas tengan la infección en forma latente, que se manifiesta cuando se injertan con variedades de alta sensibilidad. En cuanto a la resistencia a plagas, si bien no es resistente a las radiculares, es tolerante a filoxera y nemátodos endoparásitos.

El vino proveniente del Torrontés riojano es un reconocido varietal, prácticamente producido sólo en la Argentina. En general el vino es blanco, muy aromático, de paladar silvestre, a veces con leve retrogusto amargo, moderadamente alcohólico y de buena acidez. El vino fino blanco varietal, elaborado con tecnología moderna, ha conseguido numerosas distinciones en concursos nacionales e internacionales, considerándoselo como un vino típicamente argentino. Los mejores se producen en las regiones de Cafayate (Salta), Chilecito (La Rioja) y Mendoza, aunque con características ligeramente diferentes.