La pandemia del coronavirus (COVID-19) ha cambiado drásticamente nuestro ritmo de vida. Ante la imposición del confinamiento en nuestros domicilios, el catedrático de Inmunología de la Universidad de Jaén José J. Gaforio, nos ofrece una guía práctica para llevar esta situación lo mejor posible y en la que consumir AOVE y practicar ejercicio son fundamentales.
El Real Decreto que declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria impone, entre otras medidas, la limitación de la libertad de circulación de las personas, por lo que se impone el confinamiento de la población en sus domicilios. Esto hará que cambien nuestras rutinas, tendremos mucho tiempo para ocuparlo de forma diferente, y compartiremos mucho más tiempo con nuestra familia más cercana.
Desde Mercacei me proponen que, de forma concisa, proporcione algunos consejos prácticos para alimentarse y cuidarse de forma saludable durante la época de confinamiento.
El virus que nos ocupa produce desde una sintomatología muy grave, que incluso puede provocar la muerte, hasta cursar de forma asintomática. Nuestro sistema inmunitario es el que se encarga de luchar contra el virus hasta lograr su eliminación. Consecuentemente, fortalecer nuestras defensas inmunológicas es importante para hacer frente al virus, pues, es conocido que la inmunodepresión aumenta el riesgo de padecer la forma más grave de la infección. La correcta alimentación puede ayudar a mejorar el sistema inmunitario. ¿Qué hacer entonces?
Estos días tienen unas peculiaridades que podrían resumirse en: la actividad física disminuirá inevitablemente en este periodo; es posible que en ocasiones uno esté aburrido, incluso que sienta cierta ansiedad por no poder salir de casa; todo ello, hace que picoteemos más de la cuenta y las visitas al frigorífico sean frecuentes. Por el contrario, dispondremos de más tiempo del que tenemos habitualmente para hacer la comida, precisamente la falta de tiempo es una de las escusas que se utilizan para no comer de forma saludable.
Las indicaciones las podría resumir en las siguientes:
- Controle la cantidad de comida que ingiere.
- Priorice los alimentos de origen vegetal a los de origen animal. Acelgas, apio, alcachofa, berenjena, borraja, brócoli, calabacín, espinacas, espárragos, puerro, champiñones, zanahorias y pimientos, entre otros, tienen que ser componentes de su dieta. “Comer en colores” es una forma gráfica de describir lo anterior.
- Consuma alimentos de temporada, de cercanía y frescos.
- Consuma ensaladas que incluyan lechuga, tomate, endivia y cebolla, entre otros. Importante es condimentar la ensalada con aceites de oliva vírgenes y vinagre, no con salsas que, normalmente, tienen un exceso de calorías.
- Sea cauto con la sal. La pimienta puede ser una buena alternativa.
- Las frutas son de elección para el postre, no abuse de postres elaborados que normalmente son ricos en azúcar.
- Consuma carne con moderación.
- Consuma pescado, siendo muy aconsejables pescados de aguas frías como salmón o trucha, por ejemplo.
- Las legumbres son muy recomendables.
- Utilice las especias para condimentar la comida.
- Ahora que tiene más tiempo, métase en la cocina y atrévase a hacer nuevos platos. Si tiene hijos, que ellos participen en la elaboración de la comida, puede ser un momento muy interesante para compartir con ellos y enseñarles buenos hábitos alimenticios. Todos los miembros de la familia deberían participar.
- No vaya a lo fácil habituándose a pedir comida a domicilio.
- No abuse de los fritos.
- Evite los alimentos procesados y precocinados, normalmente hipercalóricos y que se caracterizan por requerir de muy poco tiempo de preparación antes de su consumo.
- Disfrute, ahora que puede, de la comida en familia, dándole el tiempo que se merece y creando un ambiente acogedor y agradable. Priorice la conversación entre ustedes y apague la televisión.
- Mantenga una hidratación adecuada, el agua y las infusiones son recomendables.
- Utilice siempre como única fuente de grasa el zumo oleoso de las aceitunas, los aceites de oliva vírgenes.
- Tenga en mente como dieta a seguir la Mediterránea, las evidencias científicas la avalan.
- Por último, realice algunos ejercicios en casa que puede compartir con el resto de componentes de la familia. Es importante hacer actividades juntos, pueden ser momentos lúdicos muy agradables.
Por José J. Gaforio, catedrático de Inmunología de la Universidad de Jaén